La Marimba, una tradición musical en extinción – Presencia en puebla

La Marimba, una tradición musical en extinción

Julio 9 del 2025.-La música de marimba aún se escucha en nuestro país. Este instrumento ha sido parte del folclor y de la tradición salvadoreña, y que aún se conserva gracias a pregoneros de edad avanzada que se niegan a dejarlo desaparecer.

La marimba es uno de los instrumentos musicales tradicionales que dejaron una gran impronta cultural en América Latina.

Aún cuando se reconoce como originario de África, introducido a América en la época de la conquista, la marimba sentó sus bases en México (Chiapas, sobre todo) y Guatemala donde alcanzó su máxima expresión. También se extendió a lo largo de Centroamérica y el Caribe.

Debido a su valor histórico y cultural, países de la región con una gran riqueza marimbista como Costa Rica y Guatemala, lo declararon un símbolo patrio. En otros como Colombia y Ecuador, la música de marimba está catalogada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

En El Salvador, valses folclóricos como «El torito pinto», «El carbonero» y «Las cortadoras» siguen sonando al ritmo de sus teclas y escalas armónicas.

Agrupaciones de marimbistas de avanzada edad son los que aún preservan la música de este instrumento de percusión, tocando en plazas, restaurantes, festividades religiosas y eventos privados.

Tal es el caso de Marimba Hermanos Alfaro, fundada en 2002 por Gregorio de Jesus Alfaro Arevalo y Sidias Edgardo Alfaro Arevalo, junto a Juan Antonio Barahona (bajo eléctrico), Gilberto Zelaya (percusión) y José Antonio Guardado, el de mayor edad con 89 años.

«La marimba es un orgullo de nuestra cultura. Tradicionalmente se toca música folclórica, y también para uno de músico es satisfactorio que la gente pida música moderna», expresó Gregorio Alfaro, de 77 años, quien reconoce que el valor cultural del instrumento «ha decaído porque no hay apoyo», por ende no se traduce en «una forma de vivir».

Atracción. El maestro González tiene un grupo de niños dispuestos a aprender marimba.
Por otro lado, para José Antonio Guardado, tocar marimba es sinónimo de «diversión» y también le sirve de «terapia» a sus años. «La marimba es parte de mi vida», afirmó.

Estos músicos aprendieron a tocar desde muy jóvenes. Por ejemplo, Guardado creció viendo a su padre construir marimbas, cuando él tenía 15 años. «Mi papá era agricultor, carpintero, hizo marimbas y también era barbero», contó.

Ambos consideran que «existen más marimbas que músicos», pues la mayoría de estos ya están en la vejez y algunos ya fallecieron. Tal es el caso que muchos forman parte de otros grupos de marimbistas, con lo que buscan apoyarse entre ellos.

La continuidad de un legado

Herbert Francisco Velis González, de 36 años, ha seguido la visión de su maestro, Tito Tomás Quilizapa, conocido como uno de los marimbistas más destacados del municipio de Izalco y quien antes de fallecer en junio del año pasado tenía el sueño de enseñar a niños a tocar marimba.

«El sueño de él era que los niños mantuvieran este legado. Siempre me dijo que tratáramos de enseñar e inculcar a los niños, a las nuevas generaciones, para que eso no se perdiera», señaló Velis, estudiante de la carrera de psicología clínica.

Es así como nace un proyecto independiente de enseñanza de marimba en la Casa de la Cultura de Izalco, dirigido por Herbert Velis, quien explicó que estaba planeado para cuatro meses, de febrero a junio, pero que se extenderá a lo largo de este año con el objetivo de ampliar los conocimientos de los ocho niños que forman parte de la pequeña escuela, quienes reciben clases los días miércoles y sábado, de 2 a 4 de la tarde.

Tradiciones. El grupo de marimba Tapachulteca es uno de las más antiguas en el país.

«Aquí se les enseñó un aprendizaje básico; las partes que conforman la marimba, de dónde viene, qué tipos de marimba existen, cuáles son las notas musicales», mencionó el músico, quien asegura que algunos de los niños, entre ellos la nieta de Quilizapa, ya pueden ejecutar melodías completas como «El torito pinto», «El carbonero», «Chalatenango», incluso música religiosa popular como «La Guadalupana».

De acuerdo con el maestro, antes de que iniciara el proyecto se había llevado a la alcaldía como una propuesta de escuela municipal. «Lastimosamente nunca se nos escuchó», aseveró.

«Este legado está en peligro de extinción. En el municipio de Izalco, ya los señores que tocaban, personas longevas, muchos no están. Somos contaditas las personas que tocamos marimba, la mayoría mayores», señaló Velis González, quien resaltó que lo que también se busca es «preservar el uso de los instrumentos acústicos, como el guitarrón, güira, vihuela, requinto y marimba, que es lo propio de las cofradías del pueblo».

Maestro. Tito Tomás Quilizapa fue uno de los maestros de la marimba en el país, porque además de tocarla, también era fabricante de este instrumento. Su aprendizaje e interés por la marimba comenzó a los nueve años cuando veía a su tío Francisco Quilizapa tocando la marimba. A los 47 años, Tito, hizo el primer instrumento, el cual vendió a 150 colones.

La pasión de un joven

A sus 22 años, Diego Cabrera es amante de la marimba, conocido por tocar los fines de semana en Paseo El Carmen, Santa Tecla, desde hace un año.

“Es algo que me gusta hacer mucho, especialmente porque tiene un gran enfoque cultural y representa las raíces de nuestro país”, expresó a Hashtag.

Aprendió a tocar el instrumento a los 10 años gracias a un maestro del colegio donde estudiaba, quien vio en él las habilidades y el interés por aprender. Desde entonces se convirtió en una de sus pasiones, y siguió aprendiendo de manera autodidacta.

Para Cabrera, el que jóvenes como él no se sientan interesados en aprender a tocar el instrumento, se debe en parte a la falta de apoyo, pero también a un cambio generacional donde “las costumbres poco a poco se van disipando debido a que no hay personas que las practiquen mucho” y plantea que “el hecho de que saben que el instrumento es antiguo, hace que (los jóvenes) prefieran otro tipo de instrumentos” más versátiles como guitarras, violines o saxofones, pero que para él no es así, pues cree que “la marimba se puede acoplar a cualquier tipo de música”, similar a un piano.

Del tiempo que lleva tocando en Paseo El Carmen, ha notado que “si hay jóvenes que les interesa”, pues se le han acercado para conocer el instrumento e incluso tocar junto a él.

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