(Angélica Beltrán)
CDMX a 10 de julio, 2024 (Noticias de México).- Qué puede decir en su defensa el ex gobernador de Sonora, Manlio Fabio Beltrones, frente a los ataques que ha recibido del autoritario y reeleccionista Alejandro Moreno; si se trata de una pelea entre gánsters que se aferran al poder, en tiempos en que sus perfiles ya son caducos y reprobables ante una sociedad con mayor conciencia política.
Nada tiene ya qué decir Beltrones en su defensa, porque no la tiene. Nadie duda de los delitos que le señala el otro gánster priista, como el robo del erario público y sus cuentas en Andorra. Si desde los mejores tiempos políticos del sonorense ya se hablaba de los robos descarados al erario.
Siendo Beltrones coordinador de la bancada priista en San Lázaro, en el gobierno de Peña Nieto, y como responsable de sacar la reforma energética, recibió millonaria recompensa, pues hasta pagó millonadas a priistas y panistas por sus votos a favor de una reforma que seguía la tradición neoliberal de vender la riqueza nacional al mejor postor.
Además, es bien sabido de la decisiva participación de Beltrones Rivera para hacer posible la toma de protesta en la Cámara de Diputados del presidente que careció de la mayor ilegitimidad en su triunfo, Felipe Calderón. Acción que fue asimismo remunerada con creces.
Así… de que Manlio Fabio Beltrones se ha beneficiado del poder en contra de la nación y de la sociedad es un hecho. Por lo que los ataques y denuncias que ahora recibe de su correligionario priista Alito Moreno, no es otra cosa que un recordatorio de todo lo que el legislador sonorense ha dañado a México.
No obstante, estas denuncias no son más que señalamientos sin trascendencia; pues, aunque se le podrían fincar responsabilidades a Beltrones, como se hizo con los ex gobernadores de Chihuahua, César Duarte o de Veracruz, Javier Duarte; ya quedó visto que finalizará el sexenio de López Obrador sin que se le toque a Manlio Fabio ni con el pétalo de una rosa.
Es más, hasta regresará a la política, lastimosamente, a seguir afectando el avance democrático de México; ya que este nefasto personaje ha adelantado que insistirá en impedir la “sobrerrepresentación” en el legislativo, cuando esas son las reglas que establecieron la misma camarilla de políticos en la que él participaba y porque así les convenía entonces; y esas son las mismas reglas con las que se rigen hoy el Congreso de la Unión hasta que se realice la reforma electoral, que también forma parte de la 4T.
Por otro lado, es justo detenerse en la denuncia sobre la participación de Beltrones en el asesinato del candidato presidencial priista, Luis Donaldo Colosio. Pues queda claro que se trata de una pelea entre gánster, pues Alito no presenta pruebas –quizás no existan porque fueron destruidas—y tampoco levanta denuncia formal sobre el hecho, y sólo se trata de la disputa por los restos del PRI.
Sin duda Alito y Beltrones son un lastre en el ámbito político. Por fortuna se acerca el fin del PRI, sobre todo con Moreno como dirigente eterno del tricolor.
Por eso no es difícil vislumbrar la pérdida del registro del PRI en las subsecuentes elecciones; pues de la derrota electoral del 2024 el tricolor ya no se levanta. Y menos con personajes en activo como Beltrones y Alito, que tienen mucha, pero mucha cola que les pisen.